La oxidación puede convertirse en un factor preocupante y molesto para cualquier persona que tenga áreas exteriores, ya sea en una casa con jardín, en un balcón o en cualquier otro espacio al aire libre. Los objetos expuestos a los elementos naturales, como los muebles de jardín y las barandillas de los balcones, están constantemente en riesgo de corrosión.
En este artículo explicaremos métodos efectivos para quitar el óxido del metal.
Cuidados preventivos para evitar la oxidación en objetos exteriores
Antes de que tus muebles u objetos exteriores se vean afectados por la oxidación, puedes adoptar una serie de medidas para prevenir este proceso. Estos cuidados te ayudarán a mantener dichos objetos en óptimas condiciones y también prolongarán su vida útil:
- Limpieza regular: Limpia tus muebles y objetos exteriores con regularidad para eliminar la suciedad, la humedad y otros contaminantes que pueden acelerar la oxidación. Usa agua y jabón suave o productos de limpieza específicos para metales.
- Secado adecuado: Después de la limpieza, permite un secado completo para evitar la acción de la humedad, un factor clave en la formación de óxido.
- Aplicación de selladores: Considera aplicar selladores o recubrimientos protectores en tus objetos exteriores de metal para crear una barrera adicional contra la humedad y otros elementos corrosivos. Estos selladores pueden ayudar a prolongar la vida útil de tus objetos y mantener su apariencia estética.
- Mantenimiento periódico: Realiza inspecciones periódicas en tus objetos exteriores para detectar signos tempranos de oxidación y tomar medidas preventivas antes de que el problema empeore. Repara cualquier daño menor o áreas afectadas por la corrosión lo antes posible.
- Almacenamiento adecuado: Cuando no estés usando tus objetos exteriores, guárdalos en un lugar seco y protegido de los elementos para evitar la exposición prolongada a la humedad y otros factores que puedan acelerar la oxidación.
- Utiliza materiales resistentes: Al elegir nuevos objetos exteriores, considera optar por materiales que sean naturalmente resistentes a la corrosión, como el acero inoxidable, el aluminio o ciertos tipos de plástico.
Siguiendo estos consejos, prevendrás la oxidación en los objetos exteriores y podrás mantenerlos en óptimas condiciones durante más tiempo. Recuerda que la prevención es fundamental a la hora de tratar la corrosión.
Objetos comúnmente afectados por la oxidación
Además de los muebles de jardín, hay una gran variedad de objetos que están expuestos a la corrosión en espacios exteriores. Aquí hay algunos ejemplos:
Barandillas y pasamanos
Las barandillas de balcones, terrazas o escaleras exteriores son propensas a la oxidación debido a su exposición constante a los elementos. Es importante inspeccionar regularmente estas estructuras y tratar cualquier signo de corrosión para garantizar su integridad y seguridad.
Rejas y verjas
Las verjas y rejas de hierro que rodean propiedades también pueden corroerse con el tiempo, especialmente en áreas con alta humedad o salinidad en el aire. La limpieza y el mantenimiento regular pueden ayudar a prolongar su vida útil y mantener su apariencia estética.
Accesorios de iluminación exterior
Las lámparas y apliques de luz en exteriores, especialmente si están hechos de metal, pueden verse afectados por la oxidación. Es importante revisar regularmente estos accesorios y reemplazar cualquier componente corroído para garantizar un funcionamiento seguro y eficiente.
Equipamiento deportivo
Elementos como porterías de fútbol, postes de baloncesto o estructuras de parques infantiles hechas de metal también pueden corroerse si no se les da un mantenimiento adecuado. Inspeccionar y limpiar regularmente estos equipos puede ayudar a prevenir la oxidación y prolongar su vida útil.
Herramientas de jardinería
Además de los muebles, las herramientas de jardinería como palas, rastrillos y tijeras de podar también pueden oxidarse si se dejan expuestas a la intemperie. Es importante limpiar y secar estas herramientas después de cada uso y almacenarlas en un lugar seco para evitar la corrosión.
Estructuras exteriores de edificios
Elementos arquitectónicos como marquesinas, pérgolas o elementos decorativos exteriores de edificios pueden corroerse si están hechos de metal y no se les proporciona el cuidado adecuado. Inspeccionar regularmente estas estructuras y realizar cualquier reparación o mantenimiento necesario puede ayudar a prevenir la oxidación y prolongar su vida útil.
¿Cómo quitar el óxido del hierro?
Cuando el óxido ha empezado a aparecer en objetos de hierro, es importante eliminarlo antes de que cause daños más graves. Aquí te presentamos una guía paso a paso para que sepas con qué se quita el óxido y puedas restaurar tus objetos exteriores:
- Preparación del área de trabajo: Trabaja en un área bien ventilada y cubre el suelo con periódicos o plásticos para evitar ensuciar. También utiliza guantes de protección y gafas de seguridad para evitar cualquier contacto con productos químicos.
- Eliminación del óxido superficial: Utiliza un cepillo de alambre o papel de lija grueso para quitar la parte oxidada de la superficie del objeto. Trabaja en movimientos circulares y aplica una presión firme pero controlada para eliminar la mayor cantidad posible de óxido.
- Aplicación de decapante de pinturas: Aplica un decapante de pinturas para eliminar las que estén contaminadas por óxido según las instrucciones del fabricante.
- Eliminación del decapante y residuos: Una vez que el decapante haya actuado, utiliza un trapo limpio empapado en DISOLVENTE UNIVERSAL o un cepillo suave para eliminar los residuos. Si es necesario, enjuaga finalmente el objeto con agua limpia para eliminar cualquier residuo restante.
- Secado completo: Asegúrate de que el objeto esté completamente seco antes de proceder con el siguiente paso. Utiliza un paño limpio y seco para secar la superficie o déjalo al aire libre para que se seque completamente.
- Aplicación de imprimación: Antes de volver a pintar el objeto, aplica una capa de imprimación antioxidante según las instrucciones del fabricante.
- Pintura final: Una vez que la imprimación esté seca, aplica la pintura final en el color deseado. Utiliza una pintura especialmente formulada para uso en exteriores y sigue las instrucciones del fabricante para obtener los mejores resultados.
Con estos pasos lograrás eliminar el óxido incipiente y restaurar los objetos afectados.
¿Qué climas son más propensos al óxido?
El óxido se desarrolla con mayor facilidad bajo condiciones climáticas específicas. La corrosión se intensifica en entornos donde la humedad y la salinidad son altas, especialmente cuando se alternan períodos de humedad y sequedad. Estos factores crean el ambiente perfecto para que el hierro reaccione con el oxígeno y el agua, formando óxido.
En regiones costeras el riesgo de oxidación aumenta notablemente. La cercanía del mar añade un factor extra de corrosión, debido a la sal marina presente en el ambiente. Esta salinidad se adhiere a las superficies metálicas y acelera el proceso de corrosión más allá de lo que provocaría la humedad por sí sola. Además, los cambios constantes en la humedad ambiental expanden y contraen el material metálico y su cobertura corrosiva, facilitando aún más la penetración del óxido.
Canarias, con su clima subtropical, es un claro ejemplo de ello. El archipiélago disfruta de un clima cálido durante todo el año, con una humedad relativa alta y una influencia significativa del mar. Estas condiciones hacen que las estructuras metálicas en Canarias sean especialmente susceptibles a la corrosión. La presencia constante de brisa marina, cargada de sal, puede acelerar el proceso de oxidación y poner en riesgo la integridad y estética de las fachadas que tengan elementos de hierro.
Pintura antióxido, la mejor solución para prevenir
Los tratamientos antióxido previenen la oxidación del hierro al crear una barrera contra la humedad y el oxígeno, que son factores que promueven la formación de óxido de hierro. Estos tratamientos proporcionan una capa protectora que impide esta reacción química mediante la creación de una capa impermeable, ya sea física o químicamente. Algunos contienen inhibidores de corrosión que ralentizan el proceso de oxidación y simplifican el mantenimiento futuro. Son una medida preventiva clave para proteger el hierro y prolongar su vida útil, manteniendo su integridad y apariencia estética en entornos exteriores.
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